
Un
ejemplo claro de esto se da en Babilonia, donde al parecer, existían ciertas
personas que desempeñaban la tarea de historiográfico, y cuya responsabilidad
parecía ser la de escribir diariamente los acontecimientos públicos, religiosos
y económicos en tablas de arcilla, valiéndose de signos cuneiformes (con forma
de cuña) para ello. Pero el periodismo como tal nace en Roma desde el momento
en que se comenzaron a realizar comentarios, memorias históricas y actas, en
las que no solo aparecen edictos sino también noticias de sociedad, sucesos y
comentarios (Acta pública y Acta diurna).